Tenía 69 años y se encontraba internado en un centro de salud de la capital cordobesa. Fue uno de los grandes futbolistas que dio Córdoba, símbolo de Talleres. En Río Cuarto entró a la historia de Estudiantes cuando logró el ascenso al Nacional de 1983. (Foto: Página Celeste)
El Hacha Ludueña murió luchando contra una larga enfermedad, había sido internado en un hospital de la capital provincial, pero lamentablemente no pudo recuperarse.
Luis Antonio “El Hacha” Ludueña se inició en la práctica formal de fútbol en el club San Lorenzo de Córdoba, En 1973 lo adquirió Talleres en una cifra récord de 15 millones de pesos. Ángel Labruna lo llevó a primera división, y en 1975 Adolfo Pedernera lo confirmó como titular en el primer equipo.
Su gran temporada en el “Albiazul” se dio en 1976, período en el que jugó el Nacional y realizó una gira por África. El 20 de octubre de ese año fue testigo privilegiado del debut de Diego Maradona en Primera. Talleres ganó en La Paternal uno a cero con gol de Luis Ludueña.
Vistió durante 10 años la camiseta de Talleres, jugando un total de 340 partidos, en los cuales convirtió 113 goles.
Fue convocado por el entonces director técnico César Luis Menotti para integrar la Selección Argentina del interior en un partido frente al Palmeiras. En 1978, fue nuevamente llamado para jugar en el Mundial, pero una lesión en el pie lo marginó del torneo.
En 1979 fue convocado otra vez por el “Flaco” para disputar con la camiseta nacional un certamen preolímpico en Colombia, donde fue campeón junto a otros seis jugadores de la “T”. En 1981, el Málaga de España hizo una oferta por el Ludueña pero el jugador no quiso ir debido a una diferencia económica en su pase.
El “Hacha” Ludueña tuvo un paso por Estudiantes de Río Cuarto y quedó para siempre en la historia del “Celeste”, al ser uno de los grandes protagonistas del ascenso al Nacional en 1983.
El 12 de febrero de ese año, Estudiantes de Río Cuarto sorprendió a todos y venció en la final de vuelta en el Chateau 3-1 a Belgrano. Fue por la final del Provincial, que tenía como premio nada más y nada menos, que el pase directo al Nacional. Luis Ludueña, un especialista en amargar a los de Alberdi, marcó el tercer gol que sentenció el cotejo.
El “Hacha” cerró su carrera en Instituto, donde jugó unos pocos partidos.
Luis Antonio Ludueña fue un futbolista de una clase extraordinaria, fiel exponente del potrero cordobés. Un crack de rostro filoso, cabello renegrido, bien largo y un andar de Cacique.